Una de las especies en clara progresión de la avifauna ibérica y motivo de caza son, sin lugar a dudas ,las palomas torcaces. Los cazadores guipuzcoanos y vizcaínos, por las especiales circunstancias que concurren en sus territorios -pasa y contrapasa-, siempre han denotado una especial afición a estas prácticas.
Por hechos de todos conocidos, momentáneamente la modalidad de contrapasa esta prohibida. Y digo momentáneamente, porque nunca vamos a renunciar a esta práctica selectiva y conservacionista donde las haya por mucho que se empeñen algunos grupos que se dicen ecologistas. No se cuánto costará levantar la prohibición.
Las cosas de palacio suelen ir despacio, pero que nadie dude que estamos en ello y que vamos a aportar todos los argumentos legales que sean precisos para volver una vez más a ver despuntar el alba, escopeta al brazo, en los puestos palomeros de la costa. Por fortuna y acogiéndose a la excepcionalidad que contempla la ley por daños a la agricultura en el sur peninsular, hasta fin de mes las torcaces se pueden seguir cazando. En Toledo, incluso, otros años hasta mediados de marzo. Así las cosas son muchos los cazadores norteños que no dudan en coger el coche para desplazarse hasta esos pagos y disfrutar de este espectacular recurso en los encinares extremeños, uno de los lugares de invernada de esta aguerrida y poderosa ave.
Y me parece bien porque el recurso da para eso y más. De hecho, llevamos años observando cómo las torcaces que nos visitan lo hacen en número superior y muchos miles se quedan a nidificar en la península. Esta y no otra es la realidad de esta especie. De siempre se ha cazado durante la contrapasa, incluso cuando las poblaciones eran infinitamente menores; y miren en que situación de progresión se encuentran las torcaces. Algo habremos hecho bien.
Se abaten unos pocos miles porque no es fácil cazarla, pasan cuando pasan y hablando con San Pedro. Aquí no se utilizan ciegas, ni cimbeles. Para terminar, honestamente y con el corazón abierto, créanme que esta prohibición es una injusticia como la copa de un pino, un ensañamiento en toda regla contra el cazador vasco, contra los humildes, contra quienes no tienen otras posibilidades.
J.A.SARASKETAFuente: EL CORREO
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