martes, 19 de enero de 2010

El cazador cazado

Con las piernas vendadas, repletas de mordiscos y dolorido, "muy dolorido" se encuentra A.B., de 17 años y vecino de Igorre, quien el pasado domingo fue atacado por un jabalí al que habían intentado matar en una batida en unos montes cerca de la localidad vizcaina de Bedia.

Desde su cama, el joven recuerda el suceso que le podría haber costado la vida y que, por fortuna, ha quedado en un susto tanto para él como para su familia. Pensaron que el jabalí yacía muerto en el suelo, pero los disparos no fueron suficientes para acabar con la vida del hábil ejemplar. "Afortunadamente, son sucesos que no ocurren todos los días", relataba a DEIA una habitual en las batidas.

Pero en esta ocasión le tocó al joven cazador. El jabalí le mordió en las piernas y le provocó heridas de consideración en los pies y en la nalga.

El susto fue de impresión, pero podía haber sido mucho peor, comentaban fuentes cercanas a la familia del joven. Razón no les falta, teniendo en cuenta que los colmillos de un jabalí adulto de gran tamaño pueden llegar a medir hasta 25 centímetros; la parte que se asoma desde la boca puede llegar a ser hasta de ocho centímetros. Pero en este suceso la fortuna quiso que el cazador pudiese sortear los mordiscos doloridos del jabalí.

"El chaval reaccionó de forma inteligente. Ya en el suelo se dobló e intentó esquivar los mordiscos del animal para evitar que las heridas fueran más graves y le alcanzasen el estómago y la cabeza", comentaban.

"PARECÍA MUERTO" El suceso se produjo alrededor de las 12.00 horas del domingo. La cuadrilla de cazadores que se encontraba en un monte de Bedia localizó el rastro del animal y cercó la zona para evitar que la pieza se les escapara. Los miembros de la cuadrilla obligaron a la pieza a salir de su escondite y, una vez que la tuvieron a tiro, le dispararon para matarlo. El jabalí cayó al suelo, pero se resistió. "Parecía que estaba muerto", relataban.

Fue entonces cuando el joven cazador que se encontraba en uno de los puestos situados más cerca de la pieza se acercó hasta donde yacía el jabalí con la intención de ver más de cerca el deseado premio. "El animal no estaba muerto como pensaron los de la cuadrilla de cazadores. Se equivocaron y el jabalí, rabioso, atacó. Es una manera de reaccionar cuando se sienten amenazados. Lo primero que quieren es escapar y se echan contra lo primero que encuentran en el camino", relataban ayer a DEIA.

CAZADOR CAZADO El animal, en su colérica huida, se encontró en el camino con el joven cazador y le atacó bruscamente. El cazador fue cazado sin esperarlo. El jabalí, que debía de ser bastante grande, se ensañó con el joven, que no pudo evitar los mordiscos del ejemplar. "No le dio tiempo de reaccionar. Se levantó y le tiró al suelo. No le dio tiempo de escapar de los colmillos". Los minutos que transcurrieron bajo los violentos golpes del animal se convirtieron para el joven cazador en eternos. Con patadas intentó deshacerse del jabalí, pero era más fuerte y además estaba herido.

Como pudo, A.B. logró levantarse del suelo y sin mirar hacia atrás escapó de su violento cazador para ponerse a salvo. Un compañero de la cuadrilla le trasladó al hospital de Galdakao, donde fue atendido de sus múltiples heridas. Ahora, el joven se recupera en su casa de las mordeduras y de los bruscos golpes que le provocó el jabalí con la pena de que para él la temporada de caza ha terminado antes de lo previsto.

Fuente: DEIA

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