domingo, 30 de mayo de 2010

El jabalí, un tipo duro

Está de moda el jabalí. Un tipo duro. No en vano se ha convertido en la modalidad de las especies mayores más practicada en España -el número de capturas anuales ronda los 200.000 ejemplares-.

De hecho han colonizado prácticamente toda la Península, suscitando un atractivo especial por cuanto de dificultad y conocimientos exige su caza. Pese a su ferocidad, violencia, peligrosidad y atrevimiento, siempre hemos entendido que el cerdo doméstico es su descendiente directo.
Existe una cierta afinidad, pero mejor les cuento las costumbres de unos y otros. Su fenotipo en líneas generales es similar pero difiere en ciertos detalles muy propios del estado en que unos y otros se desarrollan. Así, vemos una distinta constitución de la parte anterior y mayormente en la cabeza, bastante más prolongada; el testuz más recto, los miembros más vigorosos y largos, los colmillos más gruesos, largos y cortantes; las orejas cortas con mucha movilidad y algo redondas; las cerdas más abundantes y fuertes. Comienzan a reproducirse cuando tienen dos años (el cerdo doméstico puede hacerlo cuando tiene 8 meses); son monógamos y en época de celo (enero) sostienen duras luchas por las hembras. La preñez dura cuatro meses y paren de tres a ocho crías que la hembra amamanta durante seis o siete meses.


Durante este tiempo se comportan igual que los cerditos. Una vez destetados hacen rancho común jabalinas, jabatos y machos de menos de tres años. Cuando han cumplido cinco o seis años se vuelven insociables o independientes. El régimen alimenticio es parecido al del cerdo, omnívoro. Esto hace que sea poco exigente en cuanto a calidad y variedad de alimentos. En época de montanera (bellotas encinas) se ceba, si bien no desprecia los hayucos, castañas, tubérculos, manzanas, raíces, gusanos, larvas, serpientes, ratas, gazapos, insectos&hellip En definitiva, un fenómeno de la naturaleza y el sueño de muchísimos cazadores.
J.A.SARASKETA

EL CORREO

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