sábado, 2 de octubre de 2010

Palomeras sin palomas

Como un calco de la discordia reconciliada en una calma tensa entre cazadores de escopeta y red, la apertura ayer de la temporada discurrió en una larga espera a avistar el bien deseado. Superadas las cuatro primeras horas del día, los vigías no vociferaron el anhelado anuncio de la llegada de la paloma.

Encaramados en los puestos de trepa, a varios metros de altura, su único aliciente fue reposar su mirada sobre los recovecos del paisaje de Iarmendi a punto de mudar.

"Es el primer día. Hasta el 12 no entrará nada", observaba José María Pikabea Iziaga mientras cortaba, hacha en mano, unas ramas a corta distancia de una red desplegada. Sus 30 años de experiencia en la conservación de siete siglos de tradición, elevada a la categoría de Bien de Interés Cultural por el Gobierno foral, no son baladí en el vaticinio del desarrollo de la campaña.

Cerca, Patxi Elizalde Ariztegi apuntaba la clave de una próspera captura: "El 90% de la caza depende del tiempo". Con viento nordeste, y no sur como el que soplaba ayer, son fáciles de avistar las bandadas por el límite fronterizo. Con todo, de un tiempo a esta parte, el número de aves ha menguado. "Cada vez entran menos. Se van por el mar", terciaba José María Pikabea.

Al menos, el frente simbólico levantado en los últimos años entre captores con red y escopeta, aunque sólido, no fue un obstáculo infranqueable que trunque el inicio de la temporada. La regulación de ambas prácticas en una ordenanza municipal de nuevo cuño ha dispuesto un marco de entendimiento, con la posibilidad de acudir a la vía legal ofrecida al colectivo que se sienta agraviado por alguún tipo de decisión. La anulación de siete puestos de caza por no ajustarse a los 50 metros de distancia fijados en la Ley de Caza es otra de las novedades.

En teoría, con la base legal dispuesta, el panorama es bien diferente al grado de discordia del año pasado que hizo que los palomeros mantuvieran un plante de 36 días tan pronto como tuvieron constancia de la tala intencionada de siete árboles.

Vistos los precedentes cercanos de opiniones distantes, la noticia ayer era la ausencia de incidencias en un relativo estado de calma. Con los cambios obrados a efectos administrativos para aliviar tensiones, ahora sólo resta que desde las alturas se aviste la paloma. Será la señal de un tiempo de paz.

DIARIO DE NAVARRA

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