viernes, 17 de diciembre de 2010

"Con la nueva ley, el Gobierno Vasco se quiere cargar la caza y el sector armero"

Los cazadores vascos, en especial los vizcaínos y guipuzcoanos, están preocupados por las restricciones a su actividad que representa la Ley de Caza. La norma se halla actualmente en trámite en el Parlamento Vasco y temen que las limitaciones que impone pueda hacer inviable su actividad. Juan Antonio Sarasketa cree que logrará el consenso. Al también responsable de la Oficina Nacional de Caza le alarma más el proyecto de Reglamento de Armas. El borrador acaba de ser presentado por el Ministerio del Interior, que ignora las peticiones de este organismo que agrupa a la casi totalidad de organizaciones.

Son optimistas sobre la Ley de Caza. ¿Cuál es la situación a día de hoy?

De espera contenida. Los partidos están estudiando las ponencias de los cazadores y esperamos que sean consecuentes. Ha habido respeto y moderación en nuestros planteamientos y entiendo que habrá consenso, soluciones aceptables para unos y otros.

¿Cuáles son los aspectos en los que hay mayores diferencias?

En las distancias de seguridad, los 200 metros. Las demás ponencias parece que van saliendo todas. Pero yo tengo esperanza. Pienso que saldremos airosos. No sólo los cazadores, sino todo el mundo. La medida de los 200 metros hace inviable la caza en la comunidad. En Gipuzkoa y Bizkaia dificilísimo, y en Álava también: 200 metros de distancia desde un caserío o una borda es una barbaridad, cuando un cartucho disparado por una escopeta tiene un alcance de 60 metros. De hecho, aquí nunca ha habido problemas en relación al manejo de las armas.

¿Qué papel juega Adecap en este contencioso y en la defensa de los derechos de los cazadores?

Adecap es un ente que nació como consecuencia de algo parecido a esto hace veintitantos años. El Gobierno de entonces estableció una moratoria de cinco años en toda la comunidad y nació Adecap diciéndoles que a qué venían las moratorias si las poblaciones de lo que era motivo de caza se mantenían estables. De la moratoria se consiguió que se hiciese un plan de ordenación cinegético, que es el que dice cuándo y qué se puede cazar. Porque la experiencia nos demuestra que las moratorias implican siempre luego una prohibición total. Conseguimos eso y Adecap siempre se ha erigido en defensor del mundo de la caza a nivel de la comunidad y lo ha demostrado por activa y por pasiva.

Y la Oficina Nacional de Caza, ¿qué aporta a la defensa de sus intereses?

La oficina engloba al 95% del mundo de la caza. Puede responsabilizarse de toda la gente que vive, directa o indirectamente, de la caza en el Estado español, que son del orden de 6 a 7 millones de personas. Es un ente con una gran fuerza social, que está asentándose y que pretende ser el espejo de lo que es la Chasse, la oficina francesa. Es un referente. Organizó la manifestación de Madrid con la federación, una cosa inédita, con un éxito insuperable, y trabajan ahora en temas muy importantes como el tema de las semillas o el reglamento de armas, que nos da terror.

Aseguran que las semillas de cereal están envenenando a las aves.

Adecap denunció en la manifestación de Donostia hace 23 años contra la contrapasa que se está envenenando el campo. Siempre hemos constatado que, amén de los herbicidas o pesticidas, después de la siembra de las semillas de cereal certificadas, no veíamos muchos animales granívoros. Empezamos a hacer análisis en Durango y un químico me dijo que las semillas tenían cianuro potásico. Eso es superletal. Fuimos al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y analizaron el caso. Estudiaron las semillas de cereal, cogieron perdices del monte y a la semana me llamaron asustados y me dijeron que se morían las perdices. Son cientos de miles, por no decir millones, los pájaros que mueren al año. ¿Dónde han estado los grupos conservacionistas? ¿Dónde estaba esa gente que dice que matar 3.000 palomas en la contrapasa es un desastre ecológico en una población de seis millones que nos visita, cuando en el sur se abaten un millón y pico? ¿Por qué callan? Porque no quieren ir contra sus máximos mentores: la Administración.

¿Qué es lo que más les preocupa del Reglamento de Armas?

Viene terrorífico. Quieren cargarse la caza, el sector armero eibarrés. Esto es una cosa de locos, de insensatos, porque este país es el más restrictivo de Europa, por mucho, en medidas de seguridad para las armas deportivas. El reglamento lo limita todo. Pone veinte mil prohibiciones para las armas semiautomáticas, el número de armas… cuando eso no existe en otros países y aquí estamos ya supercontrolados.

En Gipuzkoa, inquieta la intención de Odón Elorza de prohibir la caza en los montes de Donostia.

La caza es un derecho constitucionalmente establecido. Aquí hay una autoridad en materia de caza, que es la Diputación, y establece unas normas y el que las incumpla tendrá que ceder, pero si no se incumplen Adecap no va a permitir que a nadie se le antoje decir que a mí esto no me gusta y es malo. A los cazadores tampoco nos gustan muchas cosas que hace el alcalde, pero si son legales habrá que admitirlas. Porque no ha habido mayores problemas con los puestos palomeros de Ulia y, de hecho, las Juntas Generales acaban de rechazar que se prohíba la caza en ese monte. Pero el problema es que se ha perdido el contacto con el medio rural y la sociedad es muy urbanita, oye un tiro y se asusta.

Se habla de convocar una manifestación en Donostia.

Si el alcalde no deja de meterse donde no debe sin parámetros legales, Adecap adoptará los medios que están en su alcance. Haremos una ostentación de fuerza en el momento que creamos adecuado y en el lugar adecuado, y la gente acudirá.

¿Qué le ha supuesto la concesión del premio Carlos III de la Federación Española de Caza?

Los premios siempre son gratos de recibir y suscitan alegría y, si es de la magnitud de éste, no te digo nada. Quizá es el tópico de que es el premio de todos los cazadores vascos, por la sensatez que denotan, por la racionalidad con que gestionan el campo. También de toda la directiva de Adecap, gente altruista que está luchando sin pedir nada a cambio y sin exigir que otros les solucionen los problemas. Me debo al mundo de la caza. Vengo del sector de las armas deportivas y estoy agradecido a los cazadores, porque todo lo que tengo y sé se lo debo a ellos. Además, he nacido en un una familia de cazadores. Equivocado o no, voy a luchar por ello, porque luchar por una ilusión es el más bonito de los sueños

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