domingo, 20 de febrero de 2011

Con la escopeta cargada

El pulso entre cazadores y baserritarras por las distancias de seguridad continuará hasta el último momento en la Cámara vasca.

Lejos de aplacar la controversia, el acuerdo de los grupos parlamentarios sobre el proyecto de Ley de Caza, en virtud del cual se duplican en Euskadi los perímetros alrededor de chalés, caseríos y granjas en los que no se puede disparar, ha irritado a los aficionados de Vizcaya y de Guipúzcoa -donde la práctica cinegética es libre- y los ha enfrentado con las explotaciones agrarias, que en principio quedan resguardadas por un espacio 'sin plomo' de 200 metros.

El sindicato agrario Enba reconoció a El CORREO que «está moderadamente insatisfecho» por la solución que han negociado PNV, PSE, PP y Aralar. Xabier Iraola, portavoz de la central en Guipúzcoa, recordó que, a fin de cuentas, ese pacto reedita el compromiso que habían alcanzado los cazadores, baserritarras, hoteles rurales y ecologistas durante la pasada legislatura, cuando el Gobierno de Ibarretxe elaboró un proyecto de ley casi idéntico al presentado ahora por el Ejecutivo de Patxi López, pero que quedó en el cajón. «Existía un consenso del que participaron las principales organizaciones de los cazadores», terció Benjamín Atutxa, parlamentario del PSE en la ponencia sobre la nueva regulación creada en la Cámara de Vitoria.

Sin embargo, la Asociación para la Defensa de la Caza y la Pesca de Euskadi (Adecap), que aglutina a los aficionados, negó la existencia de ningún acuerdo y rechazó «de plano» la salida que propone el Parlamento vasco; y no solo respecto al perímetro en torno a las explotaciones agrarias, que es similar al asignado a agroturismos y núcleos rurales y urbanos. También está en contra de los 150 metros atribuidos a los edificios aislados, como chalés, caseríos, refugios...
La alternativa de Adecap es que se apliquen solo 100 metros para las granjas y las construcciones aislada, que es el espacio fijado en la actual normativa estatal de 1970. Argumenta que nunca han existido problemas graves con las condiciones vigentes hoy y advierten de que las restricciones que se quieren imponer en el País Vasco no existen en otras comunidades. Sostiene igualmente que la seguridad no depende tanto de la distancia como de la obligación que tiene el cazador de disparar de espaldas al perímetro de seguridad.
Ahora mismo, Adecap está «estudiando» cómo responder a los grupos parlamentarios, los cuales, una vez logrado el acuerdo, han dado por concluida la ponencia sobre la futura Ley de Caza y se disponen a debatir las cuestiones pendientes, primero en la comisión y finalmente en el pleno de la Cámara. «Las distancias que los partidos quieren establecer ahora no aportan más seguridad en la práctica y en cambio pueden suponer la desaparición de la caza libre», reiteraron fuentes del colectivo de cazadores (110.000 licencias en Euskadi).

Debate atascado
En realidad, la controversia atañe únicamente a Vizcaya y Guipúzcoa, donde se cazan aves migratorias, ya que en Álava la caza solo está autorizada en cotos. No obstante, el asunto había atascado de tal manera la tramitación del proyecto de ley -enviado al Parlamento de Vitoria el pasado año- que los partidos aparcaron el asunto hasta la última sesión de la ponencia, celebrada el pasado martes a puerta cerrada.

Para aproximarse a los cazadores, pero sin indisponerse demasiado con los baserritarras y los ecologistas, que también ejercen presiones, los grupos parlamentarios introdujeron en el texto del Ejecutivo algunos retoques sugeridos por el PP: por ejemplo, rebajaron de 200 a 150 metros la propuesta inicial del Gobierno para proteger los edificios aislados, de los cuales 50 corresponderían al jardín, huerto o invernadero; y además, aclararon que deben ser construcciones habitables.

Sin embargo, esas matizaciones no han convencido a Adecap, que sólo acepta resguardar con más de 100 metros los agroturismos. Estos últimos se han mantenido ajenos a la controversia, si bien cuando se elaboró el primer proyecto de ley de Caza, durante el mandato del lehendakari Ibarretxe, algunos de sus representantes participaron activamente en las discusiones. De sus pretensiones iniciales de un perímetro de 500 metros se fue bajando a 250 y finalmente a 200.
Aunque los cazadores no ocultan su enfado, los grupos parlamentarios creen que el debate sobre las distancias de seguridad debería quedar zanjado con el «punto común» al que ha llegado la ponencia. «El asunto ha demorado en exceso la aprobación de esta regulación», se quejó el socialista Benjamín Atutxa. «La caza es una afición muy demandada en Euskadi -continuó-, pero también había llevado la preocupación a otros sectores en un país donde sabemos que existen muchos caseríos y viviendas en lugares donde están los cazadores».
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