miércoles, 19 de febrero de 2014

Adelantos tecnológicos que posponen la caza

LOS AVANCES EN LOS COLLARES DE LOS PERROS Y EN LAS ARMAS DEPORTIVAS INCIDEN EN EL FUTURO DE LA ACTIVIDAD TRADICIONAL

ECHANDO la vista atrás, la caza en los últimos treinta años en Euskadi ha cambiado en muchísimas cosas. Para los nuevos cazadores, que se examinarán el sábado en las tres capitales de la CAV para conseguir la licencia de caza vasca, el escenario actual es muy distinto al de aquellos chavales que se iniciaban, seguramente con menos papeles para estudiar pero con muchas más horas de monte a cuestas, hace seis lustros. Antes, coger un par de tórtolas o media docena de malvices en temporada no era tarea difícil, a nada que uno se aplicara un poco.
Muchos cazadores marchaban al interior tras codornices, perdices y liebres, con unos regresos memorables y envidiables perchas de capturas que se celebraran y contaban hasta la extenuación. No sabemos si había menos cazadores que ahora, pero sí más pájaros, más sitios y otras costumbres que poco a poco ceden con el tiempo. Las escopetas eran peores, la munición nada tenía nada que ver con la actual, pero en cada salida siempre había oportunidad de cazar.
También los sorderos eran unos pocos, confiaban en sus perros a ciegas y tenían sitios casi vírgenes donde buscar a la caprichosa migratoria. Hoy en día el panorama que encontrarán los nuevos cazadores es distinto. Las tórtolas apenas se dejan ver, ir a codornices exige pagar cotos caros y tener buenos perros y suerte. Malvices y palomas se muestran muy caprichosas y las líneas de postín también provocan desencantos como los de la temporada recién acabada. Y con la sorda, la aventura se hace aún mayor.
Nuestros montes en las zonas libres se hallan saturados de perros y escopetas, y las zonas controladas pueden dar algunas de cal y otras de arena, según factores siempre variables. La práctica desaparición de la perdiz ha provocado que muchos cambien su afición hacia el pájaro del pico largo, igual que los recién llegados. Donde antes iban cuatro cazadores ahora llega una legión de aficionados en busca de las sensaciones que los medios especializados han propagado sin rubor en los últimos años. Y ello, aderezado de avances tecnológicos que al final repercuten en la caza tradicional. Explicar a los nuevos cazadores que antes había que educar, cuidar y mimar bien a un perro, o dos como mucho, para que hiciera bien su trabajo pendiente de la escopeta, esto es, a distancia prudente, con un campano al cuello que cuando se dejaba de oír hacía que el dueño buscase el último vestigio para localizar dónde podría estar el can puesto. Hoy en día la moda parece ser comprarse dos perros de marca, de pedigrí garantizado y enseñados; ir a la tienda y equiparse con un par de zumbadores electrónicos que avisan dónde anda y dónde para el perro; una escopeta de cañones cortos y rayados, amén de cartuchos de cuarenta gramos para barrer lo que salga por delante.
A DIEZ KILÓMETROS El último avance son los collares con GPS que permiten saber dónde está puesto el perro, mostrando el pájaro, a distancias de hasta diez kilómetros. Algunos opinan que estos avances superan la propia esencia de la caza. A ver lo que se tarda en ver a individuos que suelten sus perros, como si de una batida se tratara, y esperen a que estos delaten alguna pieza para acudir, con el todoterreno mejor, escopeta en mano. Si ya los zumbadores han modificado la caza de la becada y hasta la conducta exigida a los perros actuales, que algunos justifican bajo la disculpa de una pretendida seguridad, los nuevos artilugios no se sabe dónde conducirán a la caza moderna.
Por no hablar de los reclamos digitales que se venden libremente "para educar pájaros" y pueden causar matanzas al pase. Ni de las miras de última generación para rifles, con telémetros láser incorporados que alcanzan más de un kilómetro con precisión envidiable. Menos mal que las caras de los aspirantes a cazador reflejan una efervescencia que para sí quisieran muchos veteranos. De unos y otros, con o sin avances, dependerá el futuro de la caza.
J.ATXA
DEIA

No hay comentarios: